miércoles, 3 de junio de 2009

Elogio de Manuel Pellegrini


No ha sido el más vistoso, de hecho su carrera la hizo silbando bajito, casi de manera imperceptible. Pero con la llegada de Florentino Pérez por segunda vez a la presidencia del Real Madrid, Manuel Pellegrini se convirtió en el entrenador de la Casa Blanca. El chileno llega tras un exitosísimo paso por el Villareal, a pesar de no haber obtenido ningún título. Su paso por el club más grande de España puede llegar a tener cualquier final, pero su transito por el fútbol europeo será positivo.

Es imposible no recordar como se fue de River, su segundo ciclo en el fútbol argentino que le sirvió como trampolín para llegar a Europa. Tuvo que irse por la puerta de atrás, a pesar de obtener el Clausura 2003. Parecía poco, pero viendo lo que ocurrió despúes en Núñez hay que revalorizar aquel logro. Llego al Villarreal iniciada la Luga 2004/2005. Su comienzo no fue auspicioso, pero poco a poco fue imprimiéndole su sello al submarino amarillo.

Es verdad, comenzó haciéndose cargo de un conjunto que disputaba la Copa UEFA, pero también es cierto que era la primera vez que alcanzaba ese lugar el club por lo que todo era nuevo para ambos, para el Villarreal y para Pellegrini. A una plantilla basada en el concepto grupal se le sumaron algunos valores importantes que servirían para marcar una época en el club. Juan Román Riqueleme encontró en este pueblo levantino un espacio para desarrollar todo su fútbol, y el chileno lo cobijo para amoldar el un equipo a su medida. Lo rodeó de futbolistas de buen pie y en su mayoría sudamericanos. La ida de Sonny Anderson (vital para la clasificación a la UEFA) fue suplida con otro arribo interesante; Diego Forlán relegado por Ruud Van Nistelrooy en el Manchester United se sumó aunque era toda una incógnita saber si podía traducir en goles toda esa capacidad que mostraba para generar opciones.

El uruguayo, al igual que Román, se potenció y así todos fueron aportando lo suyo. En el arco José Reina dejó de lado las dudas que evidenció en su paso por el Barcelona y aseguró a una defensa formada por Peña, Sorín, Arruabarrena y Gonzalo Rodríguez, además de Quique Álvarez u otros históricos. En el medio apareció un volante brasilero que había tenido buenas apariciones jugando para el Sao Caetano: Marcos Senna. Hoy Senna ya ha jugado el Mundial 2006 y la Euro 2008 para España, además de convertirse en símbolo de la era post Riquelme.

Ese primer año se terminó con un Villarreal en cuartos de final de la UEFA y una histórica clasificación a la Champions League. Además Diego Forlán era el Pichichi de la Liga (25 goles), Riquelme enamoraba a los aficionados del club y finalizaba con las críticas de aquellos que sólo se agarraban de su gris paso por el Barça. Además jugadores como Héctor Font o Santi Cazorla se sumaron al primer plantel desde las divisiones menores y cumplieron con creces.

La 2005/2006 sería el súmum. No hubo muchos refuerzos, más allá de la llegada de Alessio Tacchinardi y Guillermo Franco. Además de que se sumaría Luciano Figueroa proveniente del Cruz Azul. Comenzaba en Pre Champions y se deshacía del Everton. En la fase de grupos avanzó con lo justo en un grupo que compartió con el Manchester ante el cual empató ambos juegos. Ya en los octavos se deshizo con lo justo del Glasgow Rangers, pero lo mejor pasaría en cuartos. Eliminó al gran Inter de Mancini con un duelo muy picante entre Verón y Sorín. El gol clasificatorio lo anotó de cabeza el Vasco Arruabarrena tras un centro de Riquelme.

JR era para es altura el artífice en un porcentaje altísimo de la hazaña amarilla. Desde una posición de volante ofensivo cargado sobre la izquierda era el eje del juego. Rodeaado por puntas con movilidad (Forlán y Jose Mari por lo general) además de volantes rápidos y laterales con proyección el juego del actual 10 de Boca se vio facilitado, Pellegrini adaptó al grupo en función de su megaestrella. Esas cosas del fútbol llevaron a Riquelme a errar el penal en las Semis ante el Arsenal, sin embargo todo había sido excelso hasta allí.

Luego de la Copa del Mundo y con un conjunto que fue desmantelándose una bomba exploto. Pellegrini y su melancólica figura colisionaron y su relación parecía no tener retorno. El chileno criticaba las poses "no comprometidas" del enganche mientras que el argentino se escudaba en que él siempre había actuado de la misma manera. Parecía el ocaso del chileno pero el dueño del club Fernando Roig lo ratifico y le mostró la salida a Riquelme. Ese gesto fue el puntapié para que Pellegrini llevase adelante la renovación de una estructura que parecía agotada.

Se quedó con algunos jugadores como Senna o Gonzalo Rodríguez, permitió la venta de Forlán y fue cubriendo espacios con jugadores con menos chapa (como Llorente o Giuseppe Rossi) y algunos en caída en su rendimiento -pero con basta experiencia- como Robert Pires o Miguel Ibagaza. Redujo la cantida de argentinos y optó por sumar uruguayos (Sebastián Eguren, diego Godín) además del chileno Matías Fernández. Cuando nadie lo esperaba, Pellegrini volvió a clasificar al Villarreal a la Champions League. Ya nadie pedía por Riquelme, y si bien el juego no era el mismo, se construyó una identidad, elemento indispensable parapoder hablar de un gran equipo.

En la temporada que acaba de finalizar el Villarreal no volvió a entrar a la Liga de Campeones sólo por un punto; pero lo más destacado es su acceso a cuartos de final de la Champions, instancia en la que fue vencido por el Arsenal. Aplausos.

Este lunes se confirmó el desembarco de Florentino Pérez, y es para destacar como antes que el anuncio de un fichaje se proclamó la vuelta de Jorge Valdano y en segunda instancia el arribo de Pellegrini. Esto que en algún punto sorprendió por estas latitudes no repercutió de la misma manera en España, y esto se debe sin dudas a que la campaña del Ingeniero fe exitosa a pesar de no alzar ninguna copa. Colocó a una entidad pequeñísima (en cuanto a historia) en el primer plano europeo. Manejar las riendas del club más grande del mundo (aunque hoy esté infravalorado) es algo absolutamente distinto, pero lo que es seguro es que los méritos del chileno son sobrados para estar donde donde hoy llegó.

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